miércoles, 4 de agosto de 2010

Basura, un fétido

Hay servicios públicos elementales que las autoridades municipales están obligadas a otorgar a la ciudadanía, como es el caso de la prevención del delito, seguridad, empleo, agua potable, drenaje y recolección de basura, entre otros.
La población de Cuernavaca, por segunda ocasión, prácticamente se ha quedado sin éste último servicio y los desechos se acumulan en los patios de las casas, calles, lotes baldíos, barrancas y hasta en los camellones de las avenidas.
Todo sucede por las mutuas acusaciones del municipio de Cuernavaca y la empresa Promotora Ambiental, SA, (PASA) de incumplimiento en los compromisos contraídos al ser otorgada la concesión.
La concesionaria decidió suspender la recolección de basura ante el adeudo del ayuntamiento por espacio de varios meses y que asciende a más de 16 millones de pesos.
El municipio, a su vez, dejó de pagar lo pactado porque supuestamente la empresa no ha cumplido con todo lo que pactó.
De hecho la autoridad municipal en reiteradas ocasiones ha asegurado que la recolección de basura es muy deficiente pues quedan muchos desperdicios en las calles que luego deben recoger vehículos oficiales, lo que representa un doble gasto.
En tanto, miles de habitantes de la capital morelense, lo único que saben es que las unidades dispuestas por el ayuntamiento para enfrentar la falta del servicio por parte de la empresa son insuficientes y, en consecuencia, la basura se acumula en la ciudad representando un latente y grave peligro para la seguridad pública.
De hecho a los ciudadanos y particularmente a las amas de casa poco les importa quién es el responsable del servicio, siempre y cuando éste sea prestado de manera eficiente.
Todos coinciden en que el destino final de la basura debe ser un relleno sanitario ubicado en un predio que no represente un peligro para el medio ambiente y los mantos freáticos y que lo más importante es que la basura que es generada en los domicilios, sea recogida cuando menos tres veces a la semana.
Políticamente este problema puede convertirse en el talón de Aquiles de la administración capitalina -presidida por un priísta- pues el malestar de los ciudadanos puede verse reflejado en el proceso electoral del 2012.
Sobre todo porque los detractores del alcalde Manuel Martínez Garrigós, seguramente tratarán de aprovechar la coyuntura para intensificar sus críticas y descalificaciones en un problema que es toral para la sociedad.
El problema se agudiza porque no se ven intenciones de encontrar una solución inmediata y porque otros rezagos lacerantes siguen vigentes en Cuernavaca, en donde hay mucho desempleo, inseguridad y violencia crecientes y una demanda de agua potable insatisfecha mientras se mantenga el sistema de “tandeos”.

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